miércoles, 11 de noviembre de 2015

Gracias, Dos Passos



Lo llegaste a pensar. ¿Por qué no ibas a hacerlo? Si juegas es porque crees que puedes ganar. De hecho, en los momentos menos generosos llegaste a pensar que te lo merecías. ¿Por qué no? Te ha costado tanto esfuerzo, tantas lágrimas, tanto sudor, tanta sangre. Te ha llevado mucho tiempo, muchas horas desesperadas, muchas lecturas fragmentadas. Te ha llevado a enfrentarte con todos y contra todo. Te ha vuelto loco. Ha estado a punto de hacerte caer en el abismo. 

Lo miraste, al abismo, sabiendo que era él quien te miraba a ti. Y ¿qué te decía? Te decía, ánimo, Daniel, no desesperes. Te decía, no estás solo en esto, y si lo estás no importa, tienes algo a lo que aferrarte. Te decía, aférrate a ello, agárralo por los pelos y no dejes que se escape. Te decía, ¿por qué no puede tocarte a ti? ¿Eh? ¿Por qué no? Te decía, te lo mereces, Daniel, hay otros muchos que se lo merecen, sí, pero también tú lo mereces. Así que te diste la vuelta y dejaste que el abismo siguiera hablando solo, para otro.

Desde luego, es imposible saber si lo mereces realmente o no. Pero ha sucedido. Terminaste la novela que amenazaba con acabar contigo y luego la enviaste a un premio y te olvidaste de todo. Y un buen día te enteraste de que lo habías logrado. Habías ganado el Premio Dos Passos a la Primera Novela por tu obra Cocaína. Habías convencido a un jurado de que te lo mereces. Habías tocado fondo y luego habías vuelto a salir. 

Hoy has firmado el contrato con la editorial Galaxia Gutenberg, al lado de tu editor, Joan Tarrida, y de tu agente literaria, Palmira Márquez. Y ¿ahora? ¿Qué es lo que debes hacer ahora? Por lo pronto, limítate a ser agradecido y mantente a la expectativa. Da las gracias, sonríe y no mires atrás. Todo el mundo debería tener una oportunidad, y ésta es la tuya. Lo que sea que venga a partir de ahora ya no dependerá ti.